Querido Mr. Ruiz,
decirle que hoy me siento perdedor. Es uno de esos días en que siento que una gran nube gris se cierne sobre mí y no me deja ver con claridad. Hoy es uno de esos días en los que uno se pregunta ¿qué he hecho yo para merecer esto? No quiero ser catastrofista pero es como me siento. Tengo la sensación que por cada paso que doy hacia delante vienen tres hacia atrás; y así no hay manera de avanzar. ¿Existe alguna tienda donde vendan grandes dosis de entusiasmo? Si existe sería bueno que me lo dijera ya que de eso últimamente voy escaso. Me levanto y pienso: "hoy voy a comerme el mundo" pero una vez salgo a la calle y contacto con la realidad descubro que es el mundo el que me va a comer a mí.
Dicen que la felicidad está en hacer lo que uno quiere pero ¿somos lo suficientemente libres para hacer siempre lo que uno quiere? ¿No somos esclavos de ciertas circunstancias que nos impide llegar al objetivo con facilidad? ¿Realmente la vida es tan complicada? Hago todas estas preguntas y al mismo tiempo me entran ganas de gritar. Quiero ser positivo, quiero llenarme de optimismo, de buenos propósitos, de buen rollo pero aun así sigo escuchando una voz interior que me grita "vigila, que te la van a dar". Y claro por muy zen que quiera ser uno y un buen discípulo de los libros de autoayuda existe una moral judeo-cristiana que me tiene acojonado. Por mi culpa, por mi culpa por mi gran culpa. Y como diría el Quijote: "con la iglesia hemos topado".
Con todo esto lo que intento decirle Mr.Ruiz es que estoy hecho un lío. Quiero vestirme de liberalidad aunque llevo pegado a mi piel el miedo. Ese miedo que me paraliza, que me nubla el pensamiento, que me pone en alerta. Un miedo que me pone tenso y me enfada. Y a pesar de que lo percibo no soy capaz de deshacerme de él. Deseo por una vez olvidarme de la teoría y practicar.
Mr. Ruiz quiero practicar la vida, quiero que dentro de mí haya una gran tormenta. Una tormenta que deshaga mi nube gris y tras ella aparezca un sol radiante que me permita ver toda la belleza que hay en mí y que me rodea. Sin duda el sol saldrá mañana pero sólo hoy permítame la tormenta. Su amigo,
El patito feo.
